Sons of Anarchy (FX)


Período de emisión: 2008-2014
Temporadas: 7 (91 episodios)
Valoración: muy recomendable
  
Esta serie tiene muchos puntos en común con The Shield (también de FX y similar extensión), pero eso no le resta ni un ápice de personalidad e interés aunque ambas estén concebidas con el mismo espíritu: adentrarnos en el universo singular de una organización criminal —el de un Motor Club, en este caso— con un reparto coral repleto de conflictos y buenas tramas a corto, medio y largo recorrido. Mucha acción y violencia, mucho drama con abundantes pinceladas de gamberreo y un protagonista carismático y guapero, ¿qué más quieres, Baldomero?

Sons of Anarchy transcurre en Charming —obsérvese la retranca del nombre—, un pueblecito ficticio de California, sede de SAMCRO (Sons of Anarchy Motor Club Redwood Original). El taller de vehículos Teller-Morrow es la base de operaciones de este Motor Club que trafica con armas, extorsiona y emplea la violencia sin complejos para mantener a raya a bandas rivales como los Mayans o los Niners. 

La pregunta principal que plantea la serie es omnipresente en cada capítulo, en cada escena, en cada diálogo: ¿puede el bien prosperar en el seno de un colectivo básicamente amoral y corrupto? Jax Teller, protagonista y vicepresidente del MC, cree que sí y luchará por ello a lo largo de siete temporadas. Él es el líder indiscutible del Club, es listo, fuerte y atractivo pero también empático, y ello le acarreará no pocos conflictos internos y externos a la hora de llevar a cabo su plan de llevar al Club hacia la senda de la legalidad. Y qué difícil es tener un protagonista como Jax y no caer en el error de convertirlo en un dios irresistible como sucede con (el inverosímil) Thomas Shelby en (la sobrevalorada) Peaky Blinders. Efectivamente, el guión de Sons of Anarchy está más por la complejidad del personaje y sus conflictos y el joven actor Charlie Hunnam logra reflejarlo con muchísima solidez. 


Hablando de personajes no se puede dejar de mencionar a la madre de Jax, la matriarca Gemma Teller, que adora a su hijo por encima de todo pero también encarna los viejos valores del Club y está dispuesta a defenderlos con uñas y dientes; un personaje quizá demasiado extremo pero a la vez muy revelador. La evolución en la relación madre-hijo es una metáfora de la lucha interna que libra Jax a lo largo de las siete temporadas y es, a mi modo de ver, el verdadero leitmotiv de la serie. Gemma Teller es muy fuerte, en serio, yo ya lo he advertido. 

El espectador se ve envuelto enseguida en las rencillas internas sin más opción que tomar partido porque los conflictos que subyacen en Sons of Anarchy son de primer orden. Y a la vez no se puede evitar ser cómplice absoluto de esta insólita manada de criminales a los que uno juzga por sus crímenes pero también adora por su descarnada humanidad y lo universal de los problemas a los que se enfrentan. No estamos ante una serie complaciente. 


En resumen, Sons of Anarchy es todo un ejemplo de entretenimiento de calidad de largo recorrido aunque debo decir que en la última temporada los acontecimientos se agolpan demasiado, hay que resolver demasiadas cosas y esa sensación de premura desmerece al conjunto y al cierre que, por otra parte, es muy coherente y acertado. Es una de esas series en las que percibes claramente que su estructura general está planteada desde el principio, no como en Game of Thrones… 

Sons of Anarchy tiene un spin-off —Mayans— que no he visto pero que ya está en mi lista. No me gusta desacreditar los spin-off porque a veces pueden resultar casi mejores que la original como me pasó con Better Call Saul.

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