Parks and Recreation (NBC)


Temporadas:
7

Período de emisión: 2009-2015

Valoración: recomendable (en sus debidas dosis)

Suele suceder con cierta frecuencia. Un equipo de producción dispone de un éxito colosal y luego todo es comparado con ese impacto inicial. He de decir que algunos resuelven el dilema con tesón y firmeza. David Simon, por ejemplo, lo hace prodigiosamente para que su obra posterior no acuse la enorme sombra de The Wire.

El equipo de Parks and Recreation cuenta con la sombra de The Office. Aún hoy, serie histórica cuyo mito crece y se superpone al de otras comedias de largo recorrido (Modern Family o The Big Bang Theory).

Y no son pocas las comparaciones surgidas, de hecho no son pocas las que defienden a Parks and Recreation y la consideran mejor.

No aquí. Parks and Recreation puede compartir ciertas premisas con The Ofiice comparando a ciertos niveles la rutinaria y decadente cotidianidad del desempeño laboral en una oficina privada frente a la de un organismo oficial, en este caso el servicio de Parques de una pequeña ciudad imaginaria de Estados Unidos. Sin haber intentado proyectar la estructura, sí que podemos establecer analogías entre ciertos personajes, ciertas estructuras jerárquicas, ciertas inexplicables licencias. El punto de partida de la serie ya delimita el extremo de lo absurdo. Un socavón que se abre frente a una casa es aprovechado por una afanosa encargada de departamento municipal para mostrar su labor entusiasta y su entrega incondicional a la función pública. Pronto ya sabemos entonces que el émulo de Michael Scott es aquí una joven mujer de aspecto incuestionablemente anglosajón. A partir de ahí, los personajes se van dibujando y aunque no se trate de establecer comparaciones, diría que todos adolecen algo esa sensación de spin off lejano y hay pocos momentos en que la serie no parezca una parodia de otra parodia. Parks and Recreation puede resumirse en ver The Office empezando por su sexta o séptima temporada, cuando Steve Carell desaparece y los guionistas han empezado a abusar de los chupitos en el afterwork. Claro que ha dado para algo más a posteriori ( el incomprensible ascenso a la fama de Chris Adams o el extraño estrellato de Aubrey Plaza), pero en general, y conforme avanzan las temporadas y sus guiones se hacen más bizarros y disparatados, la sensación de deja vu resulta algo alarmante.

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