Mindhunter (Netflix)

Temporadas: 2

Periodo de emisión: 2017-2019

Valoración: casi imprescindible

Aunque nunca se sabe (los fantasmas de los remakes y los retakes) flotan siempre en el aire, Mindhunter podría ejemplificar eso de dejarlo en lo más alto. O dicho de otra manera: dos temporadas muy cerca de lo glorioso y hasta ahí hemos llegado. Incluso a costa de dejar alguna trama inquietantemente abierta. Motivos, dicen, la apretada cartera de proyectos de David Fincher, productor de la serie y escandalosa influencia artística en todo detalle, desde la elección del binomio protagonista - agente del FBI brillante e intuitivo vs agente experimentado y de una aplastante y realista elocuencia - hasta las tramas, la fotografía oscura... obviamente funciona todo de maravilla y más cuando la serie se refleja de tal forma en la realidad que resulta hasta inquietante.

Holden Ford (creo que hasta la elección de nombre y apellido esconde guiños) es ese brillante y joven agente del FBI perteneciente a una unidad que estudia a criminales en serie de la peor calaña con la intención de constituir una base de datos que permita la resolución de casos posteriores. Su misión consiste en visitar a los que están ya encerrados - por supuesto, en módulos de aislamiento en prisiones de alta seguridad - y mantener diálogos distendidos con ellos, con su previa aceptación, en los que éstos describan las pulsiones que indujeron sus delitos, sus sensaciones al planificarlos y cometerlos, su capacidad de arrepentimiento (o no, a veces se trata de una recreación incluso). En ese trasiego llega a una cúspide, la gloriosa aunque breve entrevista a un Charles Manson gloriosamente recreado. 

Fascinante, por supuesto, pero sobre todo precisa en lo estético, bordeando esa incómoda frontera que delimita asco y fascinación por los serial killers, esa que desde El silencio de los corderos o Seven los muestra como seres de una inteligencia cruel, fría y pavorosa, incluso en algún momento como educados, cultos y refinados, las dos temporadas de la serie pasan en un respiro, con profusión de momentos memorables y auténticas cotas interpretativas, la elección de actores poco conocidos aporta una fresca sensación de página en blanco respecto a los personajes, y cada capítulo tiene el nivel de una pequeña obra de arte que acabó demasiado pronto.