True Detective (HBO)

Temporadas: 3

Período de emisión: 2014-2019

Valoración: muy recomendable

Ya estamos con los promedios: estas series, como Fargo, cuyas temporadas son auto-conclusivas, plantean no pocos problemas a la hora de su valoración. Hablando claro, si True Detective se hubiera hecho a la inglesa, temporadas cortas, un número limitado de capítulos, etc. debería zanjar su primera temporada con un contundente imprescindible y dejarlo ahí. No porque la segunda y la tercera sean prescindibles, a eso me referiré más adelante, sino porque esa temporada inicial, la que cuenta con Woody Harrelson y Matthew McConaughey como pareja protagonista, es un hito televisivo de primera magnitud, una especie de fascinante película de suspense de siete horas largas en las que no sobra ni un segundo, pero sobre todo un ejercicio actoral maestro de sus dos protagonistas, pocas veces he visto tal química entre actores, todo en ella es perfecto aunque beba de obvias fuentes estéticas como Twin Peaks o la obra de David Fincher, todo resulta esplendoroso y de un nivel que obviamente lastra a las siguientes temporadas.

Esa es la cuestión: el planteamiento de la serie es situar grupos de policías metidos de lleno en investigaciones o casos de los que definen una carrera, pero en su segunda temporada (la de Colin Farrell, Vince Vaughn y Rachel McAdams) el argumento se deshace con cierta facilidad en un nudo extraño que incluye políticos corruptos (menuda novedad) bandas de narcos (ídem) y policías procedentes de conflictos bélicos con traumas mentales y confusión de personalidad, por lo cual todo acaba convirtiéndose en un lío algo complejo de descifrar que el último capítulo no contribuye precisamente a esclarecer. Obviamente la respuesta crítica fue implacable: comparar las dos primeras temporadas se convirtió en un ejercicio cruel, y la tercera temporada tardó tanto en producirse, imagino, como consecuencia de ello, y en ella se apuesta por actores de perfiles menos multitudinarios, pero resulta una recuperación satisfactoria, sin alcanzar, claro, el estratosférico nivel, pero cerrando (imagino) la serie con una digna historia que abarca a dos policías que, obsesionados por un caso de menores (uno asesinado, otra desaparecida) que nunca acaba de resolverse, deciden, una vez retirados y apartados del servicio, cerrar lo que les ha obsesionado durante décadas. 

Sería muy tajante decir que, vista la primera temporada, para qué la segunda o la tercera. Desde luego, una decisión tan radical sería difícil. True Detective en su conjunto merece la pena, pero es inevitable pensar que su primera temporada es, sencillamente, histórica.


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