Fargo (Netflix)

Temporadas: 4

Período de emisión: 2014-2020

Valoración: muy recomendable

Era obvio que contando con la premisa de una obra maestra del cine como Fargo, añadiendo el apoyo de los hermanos Coen, una serie que tomara ese planteamiento como punto de partida iba a ser impecable. 

Las personas normales y convencionales, las destinadas a llevar una vida gris y anodina (fundar familias, pagar facturas, arrastrar empleos puramente alimenticios, esperar la siguiente generación a ver si hace lo mismo), y sus puntuales y casi letales relaciones con el mundo de la delincuencia y el crimen.

Las cuatro temporadas (aunque de una forma decreciente) juegan con ese esquema. Sobre todo la primera, que parece una brillante adaptación y extensión de la película. También cuentan, cada una de ellas, con la presencia (Billy Bob Thornton, Kirsten Dunst, Ewan McGregor, Jason Schwartzman) de estrellas del cine que dan un empuje extra. Y el aspecto visual y de ambientación (pues llegamos incluso a los años 50) magnífico, deslumbrante con lo cual el puro visionado ya es, en lo estético, un placer casi avasallador.

La cuestión, el pequeño pero, es que conforme avanzan esas temporadas nos vamos alejando de ese punto casi sarcástico de la serie, y aunque se mantienen los detalles de humor negro, el hecho de que las temporadas (salvo curiosos engarces hábilmente dispuestos) sean auto-conclusivas e incluso situadas en ámbitos temporales distintos, la aleja algo de la perfección. La serie dibuja cuatro escenarios diferentes y en esa voluntad se aleja de su primera intención, casi el homenaje. En la cuarta temporada (donde se pugna entre mafias de color e italianas) apenas hay nieve ni paisajes áridos. No significa nada sustancial, simplemente la serie ha acabado alejándose de su origen y siendo otra cosa, también fascinante a su manera.