Alias Grace (Netflix)

Período de emisión: 2017
Temporadas: 1 (6 episodios)
Valoración: recomendable







El éxito de la serie El cuento de la criada ya auguraba la adaptación de otras novelas de Margaret Atwood y Alias Grace, de entre todas ellas, tenía muchos puntos. De todas formas —y aunque Grace también sea una criada— no nos enfrentamos a un futuro distópico si no a unos hechos reales que acontecieron en Canadá en el siglo XIX y que han sido libremente adaptados en forma de biografía.

Grace Marks está a punto de cumplir veinticuatro años y lleva recluida desde los dieciséis (primero en un psiquiátrico y luego en prisión) acusada de la muerte del dueño y del ama de llaves de la casa en la que servía. Grace se ha librado de la horca porque su versión contiene demasiadas lagunas. Simon Jordan, un joven e idealista psiquiatra, le hará una serie de entrevistas con el objetivo inicial de progresar en sus investigaciones sobre el subconsciente; cuando la conozca, también tratará de demostrar su inocencia.

El criterio para la adaptación de Alias Grace al formato televisivo no tiene nada que ver con el de El cuento de la criada puesto que, en este caso, nos encontramos frente a una producción premeditadamente acotada —una miniserie— que se ajusta a los hechos del material original. Si tenemos en cuenta además que la acción transcurre en Canadá, que la autora de la novela es canadiense, que la producción es canadiense y que la responsable de adaptar el guión no es otra que Sarah Polley, de nacionalidad canadiense, tal vez sea un motivo que explique que el objetivo de dicha adaptación, más allá del rédito económico, destile tanta admiración y respeto por la obra original y trate de sacar el máximo partido y poner en valor esos elementos que la hacen sumamente hipnótica e interesante:
  • El singular efecto de equilibrio inestable alrededor de la figura de Grace Marks como narradora poco fiable. La duda acerca de la credibilidad de Grace es un elemento muy complejo y delicado que se ha sabido trasladar a la pantalla sobretodo gracias al maravilloso trabajo de la actriz Sarah Gadon y al movimiento de la cámara que igual juega a ser su cómplice como su rastreadora.
  • El juego con el tiempo en forma de flash-back que confunde la realidad con la imaginación y que refuerza la sutil atmósfera de irrealidad que transpira toda la obra.
  • El subtexto que alcanza su máxima expresión a través de una impresionante galería de imágenes y una simbología propia: las flores, los kilt… La producción televisiva explota visualmente y con acierto todos esos elementos que abundan e impregnan la obra original pero sin perder de vista las diferencias entre la narrativa escrita y la audiovisual. Un ejemplo muy interesante es que en la novela se emplea como metáfora recurrente la confección de los kilt para sugerir que —tal vez— todo lo que Grace relata acerca de su pasado puede ser una concienzuda estratagema para satisfacer sus propios intereses. Sin embargo, y aunque los kilt aparecen muy a menudo en escena, en la serie la idea de la construcción del relato se explica poniendo el foco en las puntadas que Grace da a su labor durante sus sesiones con el doctor Jordan.
  • Lo que se omite como recurso para confundir al lector y reforzar su desconfianza hacia la protagonista; dicho recurso se emplea tanto en la novela como en la serie. Por otra parte, la serie también omite muchos elementos de las subtramas para rebajar su peso y para que su desarrollo no nos haga perder el hilo de la trama principal. No obstante, dichas tramas no desaparecen, simplemente quedan sugeridas lo justo y necesario para cumplir con su cometido en relación al conflicto que suscita la figura de Grace Marks: ¿es una psicópata y fría farsante o una pobre víctima de la sociedad y del sistema?
La serie Alias Grace tiene el encanto de la narrativa efectiva e inteligente que no busca efectismos ni dilata innecesariamente la historia. Dicen que menos es más y esta producción es un buen ejemplo de ello. Más allá de eso, es una serie para degustar sin prisas y agudizando los sentidos para disfrutar todos sus detalles y matices. Exactamente igual que sucede con la novela; por eso mi consejo es: leedla primero y así disfrutaréis dos veces.

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